Esta semana te traigo la segunda entrega de esta serie de artículos relacionados con los productos de inversión. Si la semana pasada te hablaba de la Renta Fija, esta semana doy un pasito más y te acerco a la Renta Variable.
A decir verdad, es este tipo de producto el que más se utiliza a la hora de invertir. ¿Estás decidido a invertir? Si no lo tienes claro aún, lee este post en el que te doy 4 claves por las invertir tu dinero no es una opción.
Es cierto que la Renta Variable lleva implícito un riesgo mayor que la Renta Fija. Pero, como contrapartida, también te ofrece mayores rentabilidades en el largo plazo como puedes comprobar en este artículo.
Desde el momento en que te inicias en el mundo de la inversión, debe de quedarte claro este principio: NO HAY RENTABILIDAD/BENEFICIO SIN RIESGO.
O dicho de otro modo. Productos que ofrecen bajo riesgo, también te ofrecen escasas rentabilidades. De manera que, si deseas obtener mayor rentabilidad, tienes que seleccionar un producto de mayor riesgo.
Como ves, el binomio Rentabilidad-Riesgo tienen una relación de proporción directa. Si crece uno, crece el otro. Y viceversa.
A partir de aquí, eres tú mismo el que tiene que decidir qué tipo de producto te interesa más, según tus intereses en cada momento. O mejor aún, y esto es un tema más avanzado, hacer una combinación de ellos que se adapte a tu perfil inversor.
Esto es lo que se denomina Crear una Cartera de inversión en la que introduces distintos productos de inversión en una proporción determinada, de manera que obtengas una buena rentabilidad minimizando el riesgo. Pero esto lo veremos más adelante.
Ahora te dejo con el tema que hoy nos ocupa.
Índice de contenidos
¿Qué es la renta variable?
La Renta Variable son aquellos productos en los que desde el momento de su compra desconocemos cuál puede ser su rentabilidad futura. Es decir, como su nombre indica, son de Renta(bilidad) variable.
Si recuerdas del post anterior, la característica principal de la Renta Fija es que, en el momento de la compra, ya conocías el beneficio o rentabilidad que ibas a obtener en el momento del vencimiento o fecha de venta.
He aquí la principal y más importante diferencia entre estos dos tipos de Renta. El conocimiento de la rentabilidad de tu inversión en el caso de la Renta Fija, y la incertidumbre que te genera la Renta Variable, que se traduce en la asunción de un riesgo en la misma.
Los productos más conocidos y representativos de Renta Variable son las acciones de empresas cotizadas.
Las acciones de una empresa representan una parte alícuota o proporcional del capital de la misma. Por este motivo, cuando compramos acciones de una empresa nos convertimos, desde ese mismo momento, en accionistas y, por tanto, copropietarios de la misma.
Las acciones son valores que se negocian en el mercado de valores de una forma, cada vez más automática y simple. Ya no es necesario dirigirte al banco para que éste te gestione la compra, como se hacía hace unos años. Con la instalación en tu ordenador o smartphone de la plataforma de negociación de tu broker, tú mismo puedes, apretando un simple botón, realizar la compra de la acción que prefieras.
Otra cosa muy diferente es la adquisición de los conocimientos suficientes para que esa compra sea la idónea y oportuna para obtener el beneficio que deseas.
Tipos de acciones y derechos adquiridos
Existen 4 diferentes tipos de acciones, que te nombro, únicamente para su conocimiento pero que no es un tema que nos deba de preocupar en nuestro nivel.
- Ordinarias
- Privilegiadas
- Sin voto
- Rescatables
Nosotros vamos a negociar, normalmente, con las acciones ordinarias, ya sea de manera directa o a través de algún producto derivado que veremos en artículos posteriores.
Desde el momento de la compra de acciones, te conviertes en copropietario de la empresa. Por tanto, adquieres todos los derechos legalmente establecidos, independientemente de la cantidad de acciones que compres. Estos derechos son de tipo económico y político.
Derechos de tipo económico:
- Derecho a la recepción de dividendos cuando la Junta de Accionistas lo apruebe. El dividendo es aquella parte del beneficio de la empresa que, como hemos dicho, la Junta de Accionistas decide repartir entre los mismos. La política de dividendos de una empresa que cotiza es pública y se encuentra a disposición de los inversores a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
- Derecho preferente de suscripción (DSP): los accionistas gozan de preferencia en la compra de nuevas acciones como consecuencia de una ampliación de capital de la empresa.
- Derecho a la cuota de liquidación: este derecho significa que, si una empresa se liquida, el accionista tiene derecho a su parte proporcional una vez se haya pagado a todos los acreedores.
Derechos de tipo político:
- Información, transmisión y separación.
- Asistencia y voto en las Juntas de Accionistas
- Representación proporcional en el Consejo
- Impugnación de acuerdos sociales
Riesgos de las acciones
El mayor riesgo que tienen las acciones es la incertidumbre ante la rentabilidad que podamos obtener en el futuro.
Por tanto, la inversión mediante la compra de acciones requiere minimizar ese riesgo. ¿Cómo? Mediante una buena formación que te permita comprar las mejores acciones en cada momento.
De todas formas, te voy a facilitar una serie de advertencias para que no te lleves a engaño. Me gusta ser muy clarito cuando explico las cosas.
- Te repito que la rentabilidad de una acción es desconocida, ni tan siquiera predecible.
- Los comportamientos ocurridos en el pasado no garantizan una evolución similar en el futuro.
- La cotización de una acción está sometida a varios factores tanto internos (resultados de la compañía, contratos, ….) como externos (situación económica, evolución de mercados similares, tipos de interés, …). Por eso, no es raro ver bajadas en la cotización de una empresa cuando los resultados de ésta son muy buenos, o viceversa.
- La inversión en acciones solo finaliza cuando decides venderlas. Recuerda que en la Renta Fija existía una fecha de vencimiento en la que finalizaba tu contrato.
Rentabilidad obtenida por las acciones
La rentabilidad que obtienes en la Renta Fija está determinada, desde el momento de la compra, por un tipo de interés prefijado por el organismo emisor de la deuda.
En cambio, el beneficio que puedes tener cuando compras acciones proviene de dos fuentes principales:
- El reparto de dividendos entre los accionistas
- Las plusvalías (beneficio) o minusvalías (pérdidas) derivadas de la variación en la cotización de la acción con respecto al precio de compra de la misma.
Para apoyar este aspecto, te voy a poner un ejemplo de cada caso.
Ejemplo de reparto de dividendos
Si hubieras comprado acciones de Inditex el 2 de Enero de 2017, la cotización de ésta era de 32,50€.
Durante el año, la compañía aprueba un reparto de dividendos de 0,68€ por acción. El primer pago se realiza el 2/Mayo/2017 por una cantidad de 0,34€. El segundo pago de 0,34€ se realiza el 2/Noviembre/2017.
¿Qué rentabilidad has obtenido?
0,68/32,50= 2,09% de rentabilidad.
Ejemplo de plusvalía/minusvalía
Supón que te planteas vender la acción después de cobrar el dividendo. En esos momentos, la acción cotiza a 32€.
¿Qué rentabilidad obtendrías con la venta?
- Si el precio de compra fue de 32,50€, entonces (32-32,50)/32,50= –1,53% de rentabilidad vía venta de la acción. En este caso, pérdidas.
Opciones de inversión con acciones
Como te he comentado anteriormente, la compra de acciones, como producto de Renta Variable, tiene el inconveniente de desconocer la rentabilidad que vas a obtener en el futuro.
Es por este motivo que, a diferencia que en la Renta Fija, la formación se hace imprescindible.
Recuerda que la rentabilidad la obtenemos vía dividendos y vía plusvalías. Por esta razón la selección de acciones es crucial. No nos vale cualquier acción.
Por esta razón, tienes que adquirir los conocimientos suficientes para que la compra que vayas a hacer sea lo más óptima posible.
Existen multitud de estrategias para la compra de acciones. Todas ellas basadas en la obtención de rentabilidad por alguna de las dos vías anteriores, o la combinación de ambas.
Por un lado, puedes decidir comprar acciones con la única intención de cobrar los dividendos que éstas generan. En este caso, tendrás que seleccionar aquellas acciones que reparten más dividendos, porcentualmente hablando. En las empresas cotizadas esta información es pública, por lo que la tienes a tu alcance. Son inversiones pensadas para el largo plazo y, dependiendo de la estrategia, se establecen criterios de selección de las empresas. Es decir, no nos valen empresas con el único criterio de un buen reparto de dividendos. También nos interesa empresas estables y con potencial generación de beneficios. ¿Por qué? Porque nos interesa que esos dividendos se mantengan en el tiempo.
También puedes optar por estrategias que se centran en obtener rentabilidad. En este caso, la obtención de dividendos es secundario, aunque también se cobran. En estas estrategias, el criterio principal es la obtención de valor. Bajo esta premisa, existen multitud de estrategias con pequeñas diferencias entre ellas. Estas estrategias están pensadas en el largo plazo para aprovechar la estadística que dice que el rendimiento anual de la bolsa ronda el 6,6%. Y es que en algún momento tendrás que vender las acciones, ¿verdad? Si la empresa seleccionada es de las buenas, seguramente, además del dividendo obtenido a lo largo de los años como efecto secundario, en el momento de la venta obtendrás una considerable plusvalía.
Fiscalidad de las acciones
La fiscalidad de las acciones es muy similar a la de la Renta Fija pero con algunos matices. Los rendimientos obtenidos en acciones se consideran ganancias patrimoniales en el IRPF. Por tanto, quedan integrados en la Base Imponible del Ahorro.
Para el ejercicio 2017, los tramos de tributación son los siguientes, según la cantidad de beneficios obtenida:
- 19% para los primeros 6.000€
- 21% entre 6.001€ y 50.000€
- 23% a partir de 50.001€
Cuando inviertes en acciones debes tener en cuenta que sólo tributas a Hacienda cuando se produzca la venta. Aunque tus acciones vayan muy bien y “vayas ganando” dinero. Ese dinero es virtual, aún no lo has cobrado y, por tanto, no tienes que declararlo.
También es importante saber que los gastos derivados de la compra y venta de las acciones puedes deducírtelos de la ganancia obtenida. Me estoy refiriendo, sobre todo, a las comisiones que se pagan al broker por la gestión de la compra y venta de las acciones.
De esta manera, las plusvalías o minusvalías se obtienen según el siguiente cálculo:
Plusvalía/Minusvalía: Precio de venta – precio de compra – gastos derivados de la compra – gastos derivados de la venta.
En las plusvalías obtenidas en la venta no se practican retenciones sobre las ganancias. Sin embargo, en el cobro de dividendos sí que se practica una retención del 19%.
También es muy importante saber que existe la posibilidad de compensar pérdidas en los 4 ejercicios siguientes. Es decir, si un año pierdes 650€ y en el siguiente (o en los 4 siguientes) ganas 2150€, puedes compensar la pérdida obteniendo como resultado que la ganancia neta ha sido de 1500€. Y solo tributarás por la ganancia compensada.
Resumen
Para finalizar este post te quiero dejar un vídeo resumen de cómo funciona el mercado de Renta Variable.
Hasta aquí el tema de hoy en el que te he introducido en la Renta Variable como producto de inversión. Como ves es algo más complejo que la Renta Fija pero nada que no pueda ser abordable.
En el próximo post te hablaré de los Fondos de Inversión tan populares y con tantos matices como descubrirás.
Ya sabes que mi único interés es tu aprendizaje. Así que no dudes en pasarte por los comentarios para plantearme cualquier consulta que tengas. Estoy aquí para ayudarte.
Hasta la próxima semana. Un saludo.
Aquí tienes el resto de productos financieros de la serie para leerlos:
- Productos Financieros I. Renta Fija
- Productos Financieros III. Fondos de inversión – 1ª parte
- Productos Financieros III. Fondos de inversión – 2ª parte
- Productos Financieros IV. Productos Derivados
- Productos Financieros V. Futuros
- Productos Financieros VI. Los CFD
- Productos Financieros VII. Las Opciones Financieras
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